El cuadro de Rubens de temática mitológica mediante la técnica del óleo sobre tabla s. XVII. Aparecen en el cuadro dos jinetes con sus dos caballos en el momento de perpetrar el rapto de dos mujeres, reforzando la violencia con el caballo encabritado del fondo y la resistencia ejercida por las hermanas Hilaíra y Febe, cuyos escorzados cuerpos parecen querer salir del lienzo. El paisaje que vemos es idílico, mostrando un cielo con pocas nubes y un sol en la línea del horizonte. Hay prados y diferentes niveles dando sensación de profundidad. La luz tiene un papel importante, parece provenir del cielo y se proyecta sobre los rostros de los personajes y cuerpos de las hermanas. Rubens se muestra como maestro en la utilización de los colores, técnica que aprendió sobre todo de Tiziano. Las figuras se estructuran en dos diagonales entrelazadas, ocupando buena parte del espacio pictórico y en forma compacta, incluyéndose dentro de un círculo muy definido. Su acentuado dinamismo refuerza el dramatismo de la escena, complementando las poses y los movimientos de los personajes. Incluso encontramos un atractivo contraste entre los cuerpos sonrosados de las mujeres y la piel tostada de los hombres, describiendo de manera espectacular la viveza de cada una de las anatomías, influencia de Miguel Ángel. Se ve la presencia de cupido tras el caballo negro, agarrado al mismo. Mira directamente al espectador, haciéndole partícipe de la escena.
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