domingo, 8 de mayo de 2011

Finis Gloriae Mundi de Juan Valdés Leal

Óleo sobre lienzo realizado por Valdés Leal en el S.XVII. Presenta los cuerpos de un caballero y de un obispo muertos, a los que su fama y su gloria de nada les ha servido. La obra juegua con un tremendo simbolismo ademas de un gran realismo;  en el primer término, los insectos y gusanos devoran una cabeza del obispo con todos sus atributos, una inmediatez  a la carne en descomposición. En segundo plano un caballero con la cruz de Calatrava, en la misma situación . En el fondo, planean súbitamente las tinieblas; una ráfaga de luz amarillenta ilumina la cabeza de una lechuza; un ataúd y un montón de huesos, representan la fase final  de la muerte. En un solo fotograma, Valdés obtiene una atmósfera terroríficamente estremecedora.
Para rematar la obra en la parte superior podemos ver la mano de Jesús soteniendo una balanza en alusión a Juicio Final.

Los dos niños comiendo melón y uvas de Bartolomé Esteban Murillo

Óleo sobre lienzo de Murillo del S.XVII. En el cuadro se muestra una escena muy propia de la picaresca española donde dos niños, están comiendo melón y uvas que posiblemente han robado. Las representaciones de niños eran muy propias del pintor. En la obra puede apreciarse la naturaleza muerta, la perdida de detallismo en el fondo de la imagen y el realismo de la obra. Los niños aparecen con vestimentas andrajosas y comiendo con gran voracidad por su condición de vagabundos; parece que la acción se desarrolla en la noche. También hay que destacar el minucioso detallismo de la obra y la mirada cómplice entre los dos personajes del cuadro.
La pincelada comienza a adquirir una mayor soltura y los efectos de vaporosidad y transparencia empiezan a surgir gracias a su contacto con Herrera y la pintura veneciana. La línea diagonal barroca, como eje compositivo, aparece con claridad en todos ellos.

San Hugo en el Refectorio de los Cartujos de Francisco de Zurbarán

Óleo realizado por Zurbaran sobre lienzo en el S.XVII
En esta composición Zurbarán nos sitúa frente a una vasta naturaleza muerta. Las verticales de los cuerpos de los cartujos, de San Hugo y del paje están cortados por una mesa en forma de L, cubierta con un mantel que casi llega hasta al suelo. El paje está en el centro. El cuerpo encorvado del obispo, situado detrás de la mesa, a la derecha, y el ángulo que forma la L de la misma, evitan ese sentimiento de rigidez que podría derivarse de la propia austeridad de la composición.
Delante de cada cartujo están dispuestas las escudillas de barro que contienen la comida y unos trozos de pan. Dos jarras de barro, un tazón boca abajo y unos cuchillos abandonados, ayudan a romper una disposición que podría resultar monótona si no estuviera suavizada por el hecho de que los objetos presentan diversas distancias en relación al borde de la mesa. La composición tiene vida: son personas reales las que se plasman en el cuadro, no unos ángeles geométricos.
Detalle.
Los siete primeros cartujos, entre los que se encuentra San Bruno, (el fundador), fueron alimentados por San Hugo, por aquel entonces obispo de Grenoble. Un día, éste último, visitó a los monjes y, para comer, les pidió carne. Los monjes vacilaban entre contravenir sus reglas o aceptar esa comida y mientras debatían sobre esta cuestión, los monjes cayeron en un sueño extático. Cuarenta y cinco días más tarde, San Hugo, les hizo saber, por medio de un mensajero, que iba a ir a visitarles. Cuando éste regresó le dijo que los cartujos estaban sentados a la mesa comiendo carne en plena Cuaresma. San Hugo llegó al monasterio y pudo comprobar, por sí mismo, la infracción cometida. Los monjes se despertaron del sueño en que habían caído y San Hugo le preguntó a San Bruno si era consciente de la fecha en la que estaban y la liturgia correspondiente. San Bruno, ignorante de los cuarenta y cinco días transcurridos le habló de la discusión mantenida acerca del asunto durante su visita. San Hugo, incrédulo, miró los platos y vio cómo la carne se convertía en ceniza. Los monjes, inmersos en la discusión que mantenían cuarenta y cinco días antes, decidieron que, en la regla que prohibía el comer carne, no cabían excepciones.

Las Meninas de Diego Velázquez


Pintura realizada al óleo sobre un lienzo de grandes dimensiones del S.XVII, donde las figuras representadas están a tamaño natural. Es la obra maestra de Velázquez.
El tema central, admitido prácticamente por todos los críticos e historiadores del arte, es el retrato de la infanta Margarita de Austria, colocada en primer plano, rodeada por sus sirvientes «las meninas», aunque la pintura representa también otros personajes. En el lado izquierdo se observa parte de un gran lienzo, y detrás de éste el propio Velázquez se autorretrata trabajando en él. El artista resolvió con gran habilidad todos los problemas de composición del espacio, gracias al dominio que tenía del color y a la gran facilidad para caracterizar a los personajes, la perspectiva central de la composición se encuentra en el personaje del fondo que cruza una puerta, donde la colocación de un punto de luz demuestra, de nuevo, la maestría del pintor, que consigue hacer recorrer la vista de los espectadores por toda su representación. Un espejo colocado al fondo de la pintura refleja las imágenes del rey Felipe IV de España y su esposa Mariana de Austria, según unos historiadores entrando a la sesión de pintura y, según otros, posando para ser retratados por Velázquez; en este caso serían la infanta Margarita y sus acompañantes los que venían de visita para ver la pintura de los reyes.
Las figuras de primer término están resueltas mediante pinceladas sueltas y largas con pequeños toques de luz. La falta de definición aumenta hacia el fondo, siendo la ejecución más somera y apareciendo las figuras en penumbra. Esta misma técnica se emplea para crear la atmósfera nebulosa de la parte alta del cuadro, que habitualmente ha sido destacada como la parte más lograda de la composición. El espacio arquitectónico es más complejo que en otros cuadros del pintor, siendo el único donde aparece el techo de la habitación. La profundidad del ambiente está acentuada por la alternancia de las jambas de las ventanas y los marcos de cuadros en la pared derecha, así como la secuencia en perspectiva de los ganchos de araña del techo. Este escenario en penumbra resalta el grupo fuertemente iluminado de la infanta.

El Cristo de la Clemenciade Juan Martínez Montañes


Obra escultórica en madera policromada de Juan Martínez Montañes del S.XVII. El modelado del cuerpo es  refinado, pero real. Nos presenta a Cristo vivo, con cuatro clavos. En la obra no hay demasiado dramatismo ni demasiada sangre; esto es propio de la escuela sevillana a la que pertenece la obra. Destacan en la obra algunos elementos clasicistas y destaca el alargado canon propio del manierismo. Tambien hay que destacar las telas con múltiples dobleces que llegan a ser exagerados.

El Martirio de San Bartolomé o Felipe de José de Ribera


Lienzo sobre óleo realizado por José Ribera en el s.XVII. Representa los momentos anteriores del martirio de san Felipe, el apóstol que predicó en la ciudad de Gerápolis y fue crucificado. Ribera destaca el dramatismo, insistiendo en la violencia de los verdugos y el sufrimiento del mártir. El asunto de este cuadro fue durante mucho tiempo interpretado como el martirio de San Bartolomé. Aunque diversos elementos demuestran que se trata de san Felipe. La luz ilumina su rostro, revelando sufrimiento y resignación. Los contrastes de luz y sombras de su cara potencian el dramatismo.
Los sayones que le sujetan para izar el cuerpo se ven en primer término; uno de ellos ayuda sujetando las piernas. A la derecha hay un grupo de personas que curiosean la escena. A la izquierda un grupo personas  aparecen están ajenas a lo que sucede; en este grupo hay una mujer que sostiene en sus brazos un niño pequeño y que mira hacia el espectador. Es una obra de madurez del pintor, a juzgar por el tratamiento del colorido, los toques de pincel y el espléndido desnudo. El cromatismo se aleja de los tonos terrosos propios del barroco español, acercándose más a la influencia veneciana.

La Rendición de Breda de Velázquez

Es un óleo sobre lienzo, pintado por Velázquez en el S.XVII. Se desarrolla el tema de la Rendición de Breda  donde la guarnición tuvo que rendirse y levantar la bandera en favor del ejercito español. Los generales españoles dieron la orden de que los vencidos fueran rigurosamente respetados y tratados con dignidad. Las crónicas cuentan también el momento en que el general español Spinola esperaba fuera de las fortificaciones al general holandés Nassau. La entrevista fue un acto de cortesía, el enemigo fue tratado con caballerosidad, sin humillación.
Velázquez desarrolla el tema con los dos protagonistas que están en el centro de la escena y más parecen dialogar como amigos que como enemigos. Justino de Nassau aparece con las llaves de Breda en la mano y hace ademán de arrodillarse, lo cual es impedido por su contrincante que pone una mano sobre su hombro y le impide humillarse. En este sentido, es una ruptura con la tradicional representación del héroe militar, que solía representarse erguido sobre el derrotado, humillándolo. Igualmente se aleja del hieratismo que dominaban los cuadros de batallas.
Velázquez representa con realismo al general Spínola, al que conocía personalmente. Un realismo semejante, y caracterización individual se aprecia en los rostros de los soldados, que están tratados como retratos.
En los ropajes Nassau se muestra con coleto (vestidura hecha de piel) y calzón de color pardo con adornos de oro, paloma de encaje (cuello grande y vuelto sobre la espalda) y sombrero chambergo negro en su muñón.
Spinola lleva armadura pavonada con adornos de oro, valona de encaje, botas de piel y una banda de color carmín. En la mano izquierda enguantada lleva el sombrero también negro, más la bengala símbolo de autoridad (un bastón de mando).

1. Apolo y Dafne S.XVII de Bernini:
Tallada en mármol.
Estilo: barroco italiano.
Se localiza en la Galería Borghese en Roma.
La temática es mitológica, Apolo persigue a Dafne, y ésta se convierte en árbol de laurel.
Es una obra sin línea cromática más allá de la aportada por el color blanco del mármol.
Observamos una composición abierta y movida.
Técnica: Talla sobre mármol.

2. La piedad S.XVII de Gregorio Fernández:
Tallada en madera policromada.
Estilo: barroco español. Escuela castellana.
Se localiza en Valladolid. Iglesia de San Martín
La temática es religiosa católica.
Es una obra  con gran carga dramática y gran teatralidad.
La luz, juega con las sombras creadas por pliegues de los ropajes de la Virgen y el cuerpo de Cristo.
Técnica: Estofado.

La Vocación de San Mateo de Caravaggio


Se trata de un cuadro pintado por Caravaggio en óleo sobre lienzo en el s.XVII de temática cristiana.
La pintura representa la historia que se narra en el Evangelio según san Mateo (Mateo 9:9): Jesús vio un hombre llamado Mateo, sentado en el despacho de impuestos, y le dijo: «Sígueme», y Mateo se levantó y le siguió.
Se ha ejecutado en torno a dos planos paralelos: el superior, ocupado sólo por una ventana, y el inferior, en el que se representa el momento preciso en el que Cristo apuntando a san Mateo lo llama al apostolado.
El santo está sentado frente a una tabla con un grupo de personas, vestidas como los contemporáneos de Caravaggio. En esta pintura, el brillo y la ventana con lienzo parece que sitúa la tabla puertas adentro. Cristo trae la luz verdadera a este espacio oscuro de los recaudadores de impuestos. Esta pintura refleja así la colisión entre dos mundos: el poder ineluctable de la fe inmortal y el ambiente mundano. Para acentuar la tensión dramática de la imagen y focalizar sobre el grupo de los protagonistas la atención del que mira, recurre al expediente de sumergir la escena en una penumbra cortada por rayos de luz blanca, que hace emerger los gestos, las manos, o parte de la ropa, y deja casi invisible el resto.

Comentario del Rapto de las hijas de Leucipo de Rubens

El cuadro de Rubens de temática mitológica mediante la técnica del óleo sobre tabla s. XVII. Aparecen en el cuadro dos jinetes con sus dos caballos en el momento de perpetrar el rapto de dos mujeres, reforzando la violencia con el caballo encabritado del fondo y la resistencia ejercida por las hermanas Hilaíra y Febe, cuyos escorzados cuerpos parecen querer salir del lienzo. El paisaje que vemos es idílico, mostrando un cielo con pocas nubes y un sol en la línea del horizonte. Hay prados y diferentes niveles dando sensación de profundidad.  La luz tiene un papel importante, parece provenir del cielo y se proyecta sobre los rostros  de los personajes y cuerpos de las hermanas.  Rubens se muestra como maestro en la utilización de los colores, técnica que aprendió sobre todo de Tiziano. Las figuras se estructuran en dos diagonales entrelazadas, ocupando buena parte del espacio pictórico y en forma compacta, incluyéndose dentro de un círculo muy definido. Su acentuado dinamismo refuerza el dramatismo de la escena, complementando las poses y los movimientos de los personajes. Incluso encontramos un atractivo contraste entre los cuerpos sonrosados de las mujeres y la piel tostada de los hombres, describiendo de manera espectacular la viveza de cada una de las anatomías, influencia de Miguel Ángel. Se ve la presencia de cupido tras el caballo negro, agarrado al mismo. Mira directamente al espectador, haciéndole partícipe de la escena.

Lección de Anatomía de Rembrandt


Cuadro de Rembrandt pintado en el s.XVII , se trata de una pintura al óleo sobre lienzo que representa un retrato grupal. 
El cuadro muestra una lección de anatomía con un grupo cirujanos.  El doctor Nicolaes Tulp ,va vestido de manera sobria y elegante al mismo tiempo y cubre su cabeza con un amplio sombrero. Ante un público diverso imparte una lección de anatomía sobre el funcionamiento de la musculatura del brazo y la mano, empleando para ello el cadáver.
  Los espectadores están vestidos de manera adecuada a una ocasión social tan solemne. Se piensa que, con la excepción de las figuras del fondo y la izquierda, estas personas fueron añadidas a la pintura más tarde. En la escena de clara tendencia tenebrista. Se observa la clara pérdida de calidad de la obra en el fondo por esta influencia.

Clasificación de imágenes arquitectónicas barrocas


San Andrés del Quirinal:  de Bernini, pertenece al siglo XVII se localiza en Roma.

Ayuntamiento de Madrid: de Juan Gómez de Mora, pertenece al siglo XVII y se localiza en Madrid.
Iglesia del Santo nombre de Jesús: de Jacopo Vignola y Giacomo della Porta pertenece al siglo XVI y se encuentra en Roma.
Catedral de Murcia: de Jaime Bort pertenece al siglo XVIII y se localiza en Murcia.
Baldaquino de la Basilica de San Pedro: de Bernini, pertenece al siglo XVII y se localiza en la Ciudad del Vaticano.
Palacio Real de Madrid: de Filippo Juvara, Juan Bautista Sachetti y Francesco Sabatini, pertenece al siglo XVIII y se localiza en Madrid.
Plaza Mayor de Salamanca: de Alberto churriguera, pertenece al siglo XVII y se localiza en Salamanca.
Palacio de San Telmo: de la familia Figueroa, pertenece al siglo XVII y se localiza en Sevilla.

Clasificación de imágenes barrocas

1. Niños jugando a los dados de Murillo: Realista y Costumbrista
2. Los pastores de la Arcadia. N. Poussin: Clasicista y  Mitológica
3. Autorretrato de Rembrandt: Realista, Retrato y Tenebrismo
4. El rapto de las hijas de Leucipo de Rubens: Mitológica.
5. Cristo con los peregrinos de Emaús de Carravagio: Naturalista, Religiosa, Tenebrismo y Bodegón.
6. San José carpintero de George de la Tour: Naturalista, Religiosa y Tenebrismo.
7. Vista de Delft de Johannes Vermeer: Realista y Paisaje.
8. Vieja friendo huevos de Velázquez: Realista, Bodegón, Costumbrista y Tenebrismo.

San Andrés del Quirinal de Bernini


Iglesia romana encargada a Bernini, quien  levantó un edificio de planta elíptica centralizada. Es una estructara barroca del S.XVII. En la fachada podemos destacan  los dos brazos laterales que se abren al espectador con la misma idea que los brazos de San Pedro del Vaticano.
La fachada cuenta con pilastras de orden gigante corintio sobre plinto, dos en cada esquina. Encontramos un pequeño espacio sotechado convexo soportado por columnas de orden jónico y fuste liso sobre plinto. Sobre la línea de entablamento curva soportada por las columnas antes mencionadas se encuentra un gran escudo que avanza hacia el espectador que da sensación de que se va a caer. La puerta de acceso a la iglesia es adintelada y con fuste triangular. Encontramos también  un arco de medio punto con un vano en su interior encima del espacio sotechado.
La planta interior es ovalada y tiene capillas similares a las del panteón en Roma. Con una simetría clara respecto a un eje que va desde la puerta de entrada hacia la capilla principal flanqueada por dos columnas en cada esquina de orden compuesto y fuste con aristas sobre un pequeño plinto. Sobre este cuerpo, sobresale la línea de entablamento que rodea toda la estancia. En los muros se observan esas capillas que siguen un orden simétrico a cada lado, una capilla curva adintelada, dos lisas con arco de medio punto y otra curva adintelada todas ellas en su acceso. De este modo se crea un dinamismo en la planta, con zonas que se adelantan y otras que se retrasan. Sobre esto una gran cúpula.

Iglesia de San Carlo de las Cuatro Fuentes

Se trata de una obra arqutectonica de estilo Barroco contruida por Borromini en el S.XVII. Lo más destacado de la obra es su fachada de forma  irregular, combinando zonas convexas con zonas cóncavas.
Se articula en dos grandes plantas. El cuerpo inferior tiene columnas de orden gigante con fuste liso, dos a cada lado de la puerta adintelada. En el intercolumnio de ambas calles tenemos a su vez dos cuerpos separados por una línea de entablamento que sigue una curva. Se aprécian nichos con esculturas en la parte superior de este cuerpo. En los intercolumnios encontramos un primer cuerpo inferior con nichos huecos y motivos heráldicos en el cuerpo superior. En el segundo cuerpo tenemos una estructura igual, aunque cambia la decoración, y las columnas de orden gigante se les añade un pequeño plinto.
Encontramos un óculo en forma ovalada o espejo que rompe con la normalidad de la fachada y remata la obra.

En el interior, observamos el mismo juego irregular, la curva es el elemento base del barroco, y aquí se manifiesta. La iglesia de planta ovalada con una cúpula de la misma forma y cupulines semicirculares en lados paralelos de la cúpula central que contrarrestan el empuje de la misma. Otros cupulines más alargados en forma ovalada contrarrestan el empuje en los otros dos lados de la cúpula central. Los cupulines tienen casetones y vanos por los que penetra la luz.

Basílica de San Pedro en el Vaticano

La Basílica de San Pedro en el Vaticano fue elevada sobre la antigua Basíslica paleocristian. La iniciacion del edificio actual fue en 1506 por Bramante. Bramante concibe para la misma un edificio de plan central, de cruz griega con una cúpula central alta destacando sobre las otras cuatro menores que se situarían en los ángulos de los brazos. Solo se hicieron los cuatro pilares de sostén de la cúpula central.
 Tras la muerte de Bramante, Miguel Ángel, retoma la idea bramantina del plan central, con una planta de cruz griega, pero más simple, con una única entrada principal.  En el centro de la iglesia, sobre cuatro enormes pilares levanta una enorme cúpula inspirada en la de Santa María in Fiore de Florencia.
La configuración actual de la basílica en forma de cruz latina fue obra de Carlo Maderno, quien durante el pontificado de Pablo V añadió tres crujías nuevas y proyectó la fachada, compuesta de órdenes gigantes de columnas y balconadas. La basílica se dio por concluida en 1626.
 
Bernini, a instancias de Alejandro VII, proyectó la inmensa Plaza de San Pedro y la columnata que la rodea. Encima de ella y por todo el perímetro de la plaza se aprecian numerosas estatuas de santos y santas de todas las épocas y lugares.
 Encima de la fachada de la basílica, las estatuas de once de los Apóstoles , San Juan Bautista y, en el centro, Cristo.
Bernini fue también el responsable de acometer los diseños y planos para las torres campanario que debían completar la fachada dejada por Maderno; la única torre completada bajo la dirección de Bernini, entre 1638 y 1641, tuvo que ser demolida poco después de su elevación ante los evidentes signos de inestabilidad de la estructura.
 Bernini se ocupó también de gran parte de la decoración interior del templo. Su obra más destacada a este respecto es el espectacular baldaquino de bronce macizo sobre el altar mayor de la basílica. Formado por cuatro columnas torsas con decoración vegetal y decorado con volutas, ángeles y telas simuladas, por todas partes aparecen las abejas, símbolo heráldico de los Barberini a cuya familia pertenecía el pontífice.
Bernini intervino, además, en la decoración del interior del ábside,  También ideó la decoración de los pilares de la cúpula, que concibió como nichos que albergasen las reliquias más nombradas de la basílica.

lunes, 4 de abril de 2011

Palacio de Carlos V

El Palacio de Carllos V de estilo renacentista fue diseñado Pedro Machuca S.XVI. En principio el palacio fue diseñado como residencia del Emperador Carlos V pero este nunca llego a disfrutarlo por la tardanza de las obras que se alarguaron mas de un siglo.

Es un edificio de proporciones rigurosamente renacentistas con una fachada dividida por una definida cornisa longitudinal que resalta la horizontalidad de la construcción para dividir el paramento en dos mitades de dimensiones similares. La mitad inferior del muro, de sillares regulares, está acabada en un fortísimo almohadillado que sugiere robustez y fuerza. La parte superior, cubierta por amplios ventanales, se halla jalonada por pilares adosados que simulan un podio en la parte inferior y están coronados por capiteles jónicos escogidos como orden para el exterior.
Los vanos de todo el perímetro son adintelados en el caso de ventanas y puertas aunque sobre cada ventana del piso superior se abren sendos óculos circulares para aumentar la luminosidad del interior. La rítmica y armoniosa repetición de los vanos, y de los elementos sustentantes nos transmite una sensación de orden y estabilidad muy buscada por los autores de clasicismo renacentista. En tanto que las ventanas del piso inferior presentan un dintel sencillo, las del piso superior alternan frontones triangulares con cornisas en sus dinteles.
La puerta principal también es culminada por un frontón triangular con tímpano decorado por relieves y sus jambas repiten el motivo del pilar adosado con capitel jónico. Todo el conjunto se encuentra flanqueado por columnas pareadas de orden jónico, peraltadas sobre plinto en las que se apoya un sencillo friso carente de decoración.
La planta del edificio es otra de las singularidades de esta construcción, ya que mientras el exterior presenta un trazado cuadrangular, el patio interior rodeado de una impresionante galería de columnas en sus dos niveles, es de planta circular. Con esta conjunción de figuras geométricas consideradas perfectas por los cánones constructivos del siglo XVI vinculando éstas con las características del reinado del monarca español.
El patio circular también muestra dos pisos. El inferior está presidido por una columnata dórica de piedra pudinga con un entablamento muy ortodoxo, formado por triglifos y metopas con motivos de guirnaldas y bucráneos. El piso superior lo forma una columnata jónica, más ligera, con entablamento liso.

miércoles, 30 de marzo de 2011

Comentario sobre El Escorial

El Real Sitio de San Lorenzo de El Escorial es un complejo formado por un  palacio,  una basílica y  un monasterio. Fue ideado en la segunda mitad del siglo XVI por el rey Felipe II y su arquitecto Juan Bautista de Toledo, aunque posteriormente intervinieron Juan de Herrera, Juan de Mijares, Gian Battista Castello y Francisco de Mora. El rey concibió un gran complejo multifuncional, monacal y palaciego que, plasmado por Juan Bautista de Toledo según el paradigma de la Traza Universal, dio origen al estilo herreriano. 
El edificio surge por la necesidad de crear un monasterio que asegurase el culto en torno a un panteón familiar de nueva creación, para así poder dar cumplimiento al último testamento de Carlos V de 1558. El Emperador quiso enterrarse con su esposa Isabel de Portugal y con su nueva dinastía alejado de los habituales lugares de entierro de los Trastamara.                                                                                                                                   

La planta definitiva del edificio, con sólo cuatro torres en las esquinas y el Palacio Real haciendo de «mango», recuerda la forma de una parrilla, por lo que tradicionalmente se ha afirmado que se escogió esta traza en honor a San Lorenzo, martirizado en Roma en una parrilla, ya que el 10 de agosto de 1557, día de la festividad del santo, tuvo lugar la batalla de San Quintín donde España venció a los franceses. De ahí el nombre del conjunto y de la localidad creada a su alrededor.
La disposición general del edificio dando gran importancia a la comprobada intervención de la orden jerónima en las primeras trazas de la obra, de la que resultaría el núcleo conventual de la iglesia y el claustro principal. La principal contribución de Juan Bautista de Toledo habría sido añadir los palacios privados y públicos, integrándolos en un esquema simétrico, mucho más propio del Renacimiento. Este primer esquema de palacio real adosado a un monasterio era costumbre entre los monarcas hispanos medievales, y lo utilizaron en los monasterios que usaban para retiros, lutos y descansos.
Las fachadas
Las cuatro fachadas del Real Monasterio de El Escorial son diferentes entre sí. La fachada Norte, por la que se accede frente a las Casas de Oficios, de cara al Monte Abantos y por su orientación apenas la ilumina el sol. Mide 207 metros de largo por 20 de alto, está recorrida por una cornisa situada a unos 17 metros de altura y tiene un total de 180 ventanas. Fue modificada en sus ritmos de ventanas y pilastras y accesos por Juan de Villanueva, el arquitecto del Museo del Prado, para poder acomodar el palacio a los nuevos gustos de los Borbones. Su extraña ubicación, su casi eterna sombra y su escasa ornamentación la convierten en la más lóbrega y enigmática de todas las fachadas del edificio. Aquí se ubican los accesos a la Residencia Real y la entrada de servicio del Colegio.

La fachada Este,  con tres portadas diferentes, siendo la central la más importante.  La entrada principal se concibe en dos cuerpos; el primero está flanqueado por ocho columnas de orden toscano gigante, cuatro a cada lado de la puerta, entre las que se insertan nichos y ventanas ciegas. Por encima del dintel de la puerta, a ambos lados de la ventana, aparecen dos parrillas, símbolo del martirio de San Lorenzo. El segundo cuerpo -tras el que se esconde la biblioteca- se compone de cuatro columnas jónicas, también de orden gigante, en cuyo intercolumnio central se encuentra el escudo del fundador, Felipe II, y una estatua del diácono Lorenzo. El conjunto se corona con un gran frontón rematado por bolas de granito.
Las armas de Felipe II son: arriba, Castilla, León, Granada, Aragón y Sicilia (a veces se añadían Navarra, Jerusalén y Hungría); delante Portugal (desde 1581); debajo, Austria, Borgoña antigua y moderna y Brabante, con Flandes y Tirol delante. la Corona Real con diademas y el Toisón de Oro enmarcan el conjunto. La escultura de San Lorenzo, santo al cual está dedicado el monumento, fue realizada por el artista toledano Juan Bautista Monegro. Se trata de una singular pieza de más de cuatro metros de altura cincelada en piedra berroqueña, con la cabeza, pies y manos en mármol blanco. La figura del santo oscense sostiene un libro en su mano izquierda y en su mano derecha una parrilla de bronce dorado al fuego en recuerdo de su martirio, ya que la tradición decía que murió asado en un parrilla, aunque hoy sabemos que murió decapitado.
   De abierta y alegre arquitectura, con ritmos de huecos sorprendementente modernos, la fachada Sur es la más equilibrada de todo el conjunto. Mide 161 metros de largo y tiene 296 ventanas. Está compuesta por dos cuerpos, el inferior de orden dórico y el superior jónico. En esta fachada se encuentra la Galería de Convalecientes o Corredor del Sol, denominado así porque servía para el paseo de enfermos.
   La fachada oriental, que da la espalda a Madrid, es la más rica en volumenes de las cuatro. Tiene 386 ventanas y en su centro se sitúa el cuerpo adosado que constituye los Cuartos Reales.  Por encima, el frontispicio del Templo destaca por su total desornamentación, reflejo del retablo de la Basílica. A los lados se extiende el Convento y el Palacio Público. Bajo ellos, los jardines privados del Rey y la Reina, cerrados con muros de piedra y rejas.
 
La basilica 
El templo es una basílica en sentido litúrgico, esto es, debido al privilegio papal que le permite ostentar dicho título; no obstante, no lo es en sentido arquitectónico, pues no posee planta basilical. Se trata de un cuadrado perfecto de 50 metros de lado con cuatro pilares dispuestos en posición central que dan lugar a la formación de tres naves en cualquiera de las direcciones.
La cubierta del templo se prolongó por el este cobijando la capilla mayor, y por el oeste techando el coro y el atrio; de esta forma se da la apariencia exterior de una gran nave. Del mismo modo, la nave central perpendicular a ese eje se realzó con una cubrición de igual altura que la anterior, formando el conjunto una perfecta cruz latina que, en realidad, no se corresponde con la planta del templo. En su interior, además de la capilla mayor, se abren dos grandes capillas al fondo de las naves laterales y un gran número de capillas menores y hornacinas en las que se disponen otros tantos altares.
El plano de fachada no es único, diferenciándose dos niveles que se corresponden con los dos órdenes superpuestos de que consta. El superior, retranqueado, no presenta ningún elemento formal destacable, salvo el sencillo frontón carente de todo ornato. El inferior, en cambio, es saliente y queda constituido por un tetrástilo dórico en cuyos tres intercolumnios se abren otros tantos huecos bajo arco de medio punto. Son seis las semicolumnas que lo forman, pues las de los extremos son dobles. En correspondencia con cada una de tales columnas se alzan sobre el entablamento seis pedestales que soportan las efigies en mármol de aquellos reyes de Judá que de alguna manera se relacionaron con el Templo de Salomón. En el centro, como insignes protagonistas, se encuentran las tallas de David y Salomón. Todas llevan en el pedestal una inscripción alusiva al respectivo monarca cuya redacción correspondió al gran humanista Benito Arias Montano.
 

Comentario sobre El entierro del Conde de Orgaz del Greco

Se trata de una obra del S.XVI del Greco que se encuentra en la iglesia de Santo Tomas en Toledo.
El cuadro representa las dos dimensiones de la existencia humana: abajo la muerte, arriba el cielo, la vida eterna. El Greco se lució plasmando en el cuadro lo que constituye el horizonte cristiano de la vida ante la muerte, iluminado por Jesucristo.
En la parte inferior, el centro lo ocupa el cadáver del señor, que va a ser depositado con toda veneración y respeto en su sepulcro. Para tan solemne ocasión han bajado los santos del cielo: el obispo san Agustín, uno de los grandes padres de la Iglesia, y el diácono san Esteban, primer mártir de Cristo. A este entierro, dos personajes principales, el Greco nos mira de frente, invitándonos a entrar en el misterio admirable que contemplan nuestros ojos y su hijo, señalando con su dedo al personaje central.
Entre el cielo y la tierra, el lazo de unión es el alma inmortal del señor de Orgaz, figurada como un feto que es llevado al cielo por manos de un ángel, a través de una especie de vulva materna que le dará a luz a la vida eterna del cielo. La muerte aparece así como un parto, como un alumbramiento a la luz eterna en la que viven los santos. Trance doloroso, pero lleno de esperanza.
En la parte superior, aparece Jesucristo glorioso, luminoso, vestido de blanco, entronizado como juez de vivos y muertos. Es el señor de la vida y de la historia de los hombres. A Él se le ha dado la capacidad de juzgar a los hombres, y lo hace con misericordia, como lo muestra su rostro sereno y su mano derecha que manda al apóstol Pedro, jefe de su iglesia, que abra las puertas del cielo para el alma del conde difunto. La Virgen María, acoge maternalmente el alma del señor que llega hasta el cielo. En este alumbramiento a la vida eterna, Dios ha confiado a María la tarea de madre. Ella es para nosotros el rostro materno de Dios. Los bienaventurados miran fascinados y adorantes a Jesucristo el señor.
El conjunto del cuadro invita a la contemplación de un misterio que nos es dado, de una verdad que nos es comunicada: el hombre ha nacido para la vida. El hombre no es un ser para la muerte. E incluso cuando ha de traspasar el umbral de la muerte, no lo hace en solitario, sino que junto a él para ayudarle está Jesucristo, redentor del hombre, su Madre santísima, que es también nuestra madre, y todos los santos del cielo, nuestros hermanos mayores. Somos miembros de la familia de los santos, para que vivamos santamente nuestro camino por esta vida.

Comentario sobre El Expolio del Greco

El expolio se trata de un oleo sobre lienzo pintado en la catedral de Toledo por el Greco en el S.XVI.
En la composición representa a Cristo en el centro, mirando al cielo con una expresión de serenidad, pero a la la vez de melancolía vestido con una túnica de color rojo intenso que domina el resto de la composición; la figura aparece idealizada y parece ajena a la violencia de su alrededor, una masa de figuras dispuestas a desnudarlo para comenzar la Pasión; estas figuras crean una sensacion de desorden y de aglomeramiento en el picado de la imagen y a pesar del detalle de algunas de estas figuras la atención la absorbe la figura central de Cristo. Tanto el modelado de las figuras como el cromatismo provienen de su época veneciana. Cabe destacar entre las figuras las figuras secundarias la de la armadura de gran trabajo y donde han sido reducidos los brillos para no quitar importancia a la figura de cristo y la del hombre que aparece agachado con un pronunciado escorzo sobre la cruz para hacer los agujeros donde posteriormente se clavara a Cristo y tambien las tres marias contemplando a este hombre con gesto de dolor.
Tiene tendencia manierista en el largamiento de los cuerpos, el agrupamiento en las figuras, en los escorzos que se ve ,en la falta de una perspectiva visual que solo se ve en las cabezas, domina el color sobre la linea,la linea ilumina a cristo y hay zonas enfocadas donde hay color.

lunes, 21 de marzo de 2011

Catedral de Burgos


Se trata de una catedral del S.XIII con planta es de cruz latina sexpartita, con arcos fajones apuntados separando las bóvedas. En la cabecera semicircular encontramos una girola con cinco capillas que guardan la linea simétrica de todo el conjunto arquitectónico. La portada cuanta con cinco niveles, en el primero encontramos las tres puertas abocinadas en arcos puntados. En las laterales tenemos en ambas un óculo por encima de la puerta, y encima del mismo vemos decoración en relieve. En la puerta central encontramos un frontón similar al romano encima de la puerta, y por encima de éste, en el tímpano encontramos decoración geométrica. En el segundo nivel vemos un gran rosetón encerrado en un arco apuntado con una estrella hexagonal en el centro. Aquí se ve también el comienzo de las torres, , donde destacan ya sos vanos, divididos en dos arcos peraltados por un parteluz, y entre ambos arcos, un pequeño óculo, todo esto, calado en un arco peraltado. En el tercer nivel encontramos dos grandes arcos peraltados con tres cuatrifolios en su tímpano, y bajo ello, ocho arcos  con figuras escultóricas. Encima, encontramos una crestería calada. En la parte correspondiente a las torres en este nivel, vemos en cada torre dos arcos peraltados que dejan pasar la luz. En el cuarto nivel encontramos únicamente el cuerpo de las torres, y en cada una encontramos dos arcos peraltados, calados y cada uno dividido por un parteluz. Y en el quinto nivel nos encontramos las agujas de las torres muy decoradas. 

Gattamelata de Donatello

Se trata de una estatua en bronce de Donatello del s XV. Es una de las primeras etapas ecuestres del renacimiento, antes este tipo de estatua solo se reservaba para emperadores. Utiliza la tecnica del bulto redondo. El naturalismo, así como la serenidad del jinete y del caballo son típicas del Quattrocento y la penetración psicológica del personaje representado es característica de las obras del autor. Es un retrato y está realizado para glorificar al personaje representado; en este caso también se trata de resaltar la virtudes del militar, que con gesto austero conduce al caballo sin violencia pero con autoridad, remarcada ésta por la posición del bastón de mando. El jinete viste una coraza con relieves. La cara del jinete no esta demasiado trabajada ni tampoco el pelo. Esta estatua tiene gran influencia romana.

David de Donatello

Es una escultura realizada por Donatello,en bronce del sXV. La escultura esta tallada con la tecnica del bulto redondo de gran realismo y muy naturalista. El cuerpo aparece totalmente desnudo con excepcion del calzado, bajo sus pies a parece la cabeza de Goliat y tambien tiene una  espada en la mano y un sombrero italiano en la cabeza. La postura del joven presenta un marcado contrapuesto, tiene perfección anatómica, en la que el modelado muscular es muy suave, casi femenino y se presenta un David muy joven. Destaca en la obra que es el primer desnudo de bulto redondo.

Puerta del Paraíso- Batisterio de Florencia




Se trata de la puerta este del Baptisterio de Florencia del s XV de Ghiberti, se encuentra  frente a la catedral de Santa María de las Flores. Es la obra más importante de este autor y una de las obras más destacadas del Renacimiento. Completamente dorada, le fue puesto el sobrenombre de 'del Paraíso' por Miguel Angel Buonarroti. Después del aluvión de Florencia los paneles originales, fueron restaurados y se los conserva en el Museo dell'Opera del Duomo que se encuentra en las inmediaciones. 
Uno de los rasgos de la obra es la intención de profundidad, creada por la utilización de diferentes tipos de relieves (bajo, medio y alto)La figuras principales o más importantes se encuentran en alto relieve, el paisaje en un medio relieve, y a medida que el paisaje se aleja, vemos un bajo relieve que tiende a desaparecer creando una sensación de profundidad. 



miércoles, 16 de marzo de 2011

Santa María de las Flores (Florencia)

Santa María de las Flores de Brunellescui es una de las obras maestras del arte gótico y del primer Renacimiento italiano del S.XV. La catedral tiene una palnta en cruz latina con tres naves.  Lo mas destacable de la obra es su grandiosa cúpula construida como doble cascarón con un espacio vacío en medio: el cascarón interno era de forma semiesférica, el externo era apuntado, dividido en ocho partes triangulares divididas por nervios exteriores de mármol. Aligeran el peso en el exterior diversas semicúpulas de descarga y, desde el interior, una serie de lineas horizontales concéntricas y nervios ocultos se alza sobre un tambor octogonal de piedra revestido de placas de mármol con culos en cada uan de sus caras y en la parte superior aparece una estilizada  linterna, entre la union de los nervios

Muerte y Ascensión de San Francisco

Se trata de una pintura al fresco del Giotto de arte gótico en la Basilica de Santa Croce en Florencia. En la obra se representa la muerte de San Francisco que se encuentra en el centro rodeado de gran cantidad de sus monjes, tambien aparece un grupo de ángeles en la parte superior que toma el alma del difunto para llevarla al cielo. Tambien aparecen otro tipo de personajes a parte de los monjes queque parecen se nobles;  los monjes besan los estigmas del santo. Llama la atención lo reducido del espacio y la precisa colocación de todos los asistentes .Destaca la alternancia del color, del blanco al oscuro de los hábitos monjes, se puede ver una representacion naturalista en un espacio tridimensional sin un fondo paisajistico algo poco comun con Giotto y las figuras humanas aparecen agrupadas en posturas dinámicas, que reflejan movimiento.

Jambas de la Catedral de Reims

Se trata de una obra del S.XIII qu aparecen en la portada principal de la catedral de Reims en los grupos de las jambas,se puede apreciar una figuras con el tema  de la Anunciación.  Se puede apreciar la riqueza de las telas esculpidas con muchos plieges y gran detallismo en las formas que estan muy trabajadas y tambien aparece una búsqueda de una nueva expresión donde los personajes parecen querer argumentar entre ellos, con gestos y expresiones individualizadas tambien muy trabajadas destacando sobre todo el rostro del ángel Gabriel en el que hay que destacar su sonrrisa picara que es lo mas caracteristico de esta obra y la minuciosidad escultorica del rostro de la Virgen a pesar de su poca expresividad.

Puerta del Obispo de la Catedral de Burgos

Puerta del Sarmental. Construida en torno al año 1230. Es uno de los grandes ejemplos de la escultura gótica española. Consta de un tímpano, rodeado por tres arquivoltas en la que se representan los ancianos del Apocalipsis y varios coros de ángeles. En el tímpano se encuentra la figura de Jesús en majestad, flanqueado por los símbolos de los Tetramorfos (cuatro evangelistas). Bajo el tímpano un dintel con doce figuras sentadas representando a los apóstoles. La puerta está dividida por un parteluz en la que aparece una moderna estatua (sustituyendo a la deteriorada original) en la que se representa un obispo, tradicionalmente se dice que es Don Mauricio, aunque bien pudiera ser don Asterio de Oca o San Indalecio. En las jambas se encuentran esculpidas seis figuras, cuatro de las cuales representan a Moisés, Aarón, San Pedro y San Pablo.